Cinc-cents conductors pakistanesos entren en el sector del taxi de València. El permís per a conduir estos vehicles ha passat de 90.000 a 160.000 euros en tot just “dos o tres anys”
José Parrilla València Actualizada 10 SEPT 2025 7:59
El sector del taxi de València, habitualment convuls per les tarifes, la pirateria o la competència de les VTC, viu una revolució interna que té a veure amb els nous titulars de les llicències i l’efecte que això està tenint en el preu d’estes. Segons la Federació Sindical del Taxi, en els últims dos o tres anys hi ha hagut unes 500 llicències que han canviat de mans i gran part d’estes han passat a migrants assentats en el Cap i Casal, majoritàriament pakistanesos que accedixen a estes per concessió directa de l’Administració autonòmica (una minoria) o per compra directa. Este interés generalitzat per la professió ha fet que, en este temps, el preu d’eixes llicències haja passat de 90.000 euros a 160.000.
En l’àrea de prestació conjunta de València hi ha 2.800 llicències. És així des de fa dècades i de moment no hi ha acord per a ampliar-les, cosa que significa que l’accés a una d’estes llicències només es pot produir per concessió de l’Administració, que gestiona les que van quedant vacants per jubilació o abandó, o bé per compra directa entre particulars, que és el més habitual.
Vies d’accés
En el cas dels pakistanesos, la seua presència en el sector del taxi no és nova i alguns d’ells accedixen a les llicències directament acreditant la seua experiència en la conducció. Però la majoria accedixen per la compra directa i les xifres no paren de créixer. Segons Fernando del Molino, president de la Federació Sindical del Taxi, al voltant de 500 llicències han canviat de mans en els últims “dos o tres anys” i la majoria han anat a parar a persones migrants, de diferents països, precisa, però majoritàriament pakistanesos.
Este interés massiu per la professió, tant de migrants com de nacionals, ha fet que el preu de les llicències s’haja disparat i que el seu preu seguisca a l’alça. Si, fa tres anys, es pagaven en l’àrea de prestació conjunta de la capital (València i la seua àrea metropolitana) a 90.000 euros de mitjana, ara arriba als 160.000, la qual cosa suposa un augment de quasi el doble.
La pregunta és com poden pagar eixos preus, i, més enllà d’especulacions sobre la procedència dels diners, la resposta està en el treball. Fernando del Molino assegura que treballen jornades de 16 hores i en tots els horaris, la qual cosa multiplica els ingressos habituals d’un taxista mitjà, les jornades del qual ja són molt més àmplies de les convencionals.
Llicències llogades: floters
L’altra pregunta és si esta presència massiva de pakistanesos distorsiona el mercat. I tot sembla indicar que no. Al seu juí, el que distorsiona clarament el mercat és la concentració de llicències en mans d’alguns titulars per la via del lloguer. En l’actualitat podria haver-hi al voltant de 300 llicències del taxi en mans d’una dotzena de titulars que tenen el seu taxi i, a més, lloguen llicències a altres titulars que no les utilitzen. I la realitat és que “els titulars cuiden el servici, però la resta dels cotxes li’ls donen a qualsevol que no s’encarrega de cuidar-los”.
En el cas dels taxistes nous no hi ha eixe problema, assegura, perquè “una persona que invertix tot el que té a comprar una llicència de taxi s’esforçarà a cuidar el client i el seu vehicle”.

Los jóvenes apenas encuentran trabajo en uno de cada cinco municipios valencianos. Más de un centenar de localidades de la Comunitat, la mayoría de ellas pequeñas, ven cómo el empleo de los menores de 25 años no representa ni el 20 % del total de las nuevas contrataciones

Juanma Vázquez València10 SEPT 2025 6:00
Trabajador joven y desempleo todavía son dos conceptos demasiado cercanos en España. Según Eurostat, uno de cada cuatro menores de 25 años que busca empleo en el país no lo encuentra, una estadística que coloca a España como uno de los territorios con peor bagaje en esta materia de Europa solo superado el pasado junio por Estonia y Rumanía. Una complicada situación -en un momento en el que la ciudadanía más joven se enfrenta a retos casi imposibles de abordar como la compra o alquiler de un piso– que tiene su traslación también en el mercado laboral de la Comunitat Valenciana. Tanto es así que, entre las contrataciones registradas en el Labora en más de un centenar de municipios de la autonomía -una quinta parte del total- los menores de 25 años se quedan ‘olvidados’. O lo que es lo mismo, este colectivo representa menos del 20 % de las nuevas incorporaciones laborales anotadas en esas localidades en lo que va de 2025.
Es una situación que golpea especialmente a los municipios más pequeños, enclaves que normalmente disponen de un menor número de empresas para trabajar y, por tanto, también una cifra inferior de oportunidades laborales para los más jóvenes. Sin ir más lejos, de los 107 municipios que se encuentran en esta situación, solo seis -los alicantinos Benejúzar y Bigastro, los valencianos Palma de Gandia, Almussafes y Vilamarxant y el castellonense Almassora- han tenido en los ocho primeros meses del año 1.000 contrataciones o más. Por el contrario, en casi la mitad de esas localidades, los nuevos añadidos al mercado laboral no llegan al medio centenar. Una realidad que detecta también la secretaria de Empleo y Juventud de CC OO-PV, Rocío Pascual, quien destaca cómo “las personas jóvenes están siendo expulsadas de los pueblos pequeños y medianos por la falta de trabajo“.
Sin embargo, la alternativa tampoco resulta idílica para este grupo poblacional. “Muchos de estos jóvenes van a las ciudades grandes y acaban viendo que no hay tantas oportunidades. Y, además, se encuentran el problema de la vivienda“, incide la dirigente en referencia a un contexto en el que las viviendas valencianas de segunda mano se están encareciendo al nivel más alto desde que hay registros y en el que el alquiler está subiendo diez veces más que los sueldos en los últimos tres años.
Factores comunes
Pero más allá de un municipio u otro, la baja empleabilidad del colectivo joven comparte factores comunes. Por un lado, Pascual señala cómo la formación puede en algunos casos “no encajar con lo que piden las empresas”, provocándose en paralelo que -ante la dificultad para encontrar empleo- estas personas acaben trabajando “en trabajos para los que están sobrecualificados”. A este elemento se suma una falta de experiencia que “lastra”.
“Te piden cuatro o cinco años de experiencia, pero si no te dan la oportunidad no puedes tenerla”, explica la responsable de Comisiones, que también denuncia el uso “excesivo” que se hace en algunas compañías de las prácticas curriculares, con las que “te hacen pasar por el aro” para mantener en el futuro y que supone “tener una mano de obra más barata”. Del mismo modo, en esta crítica, Pascual remarca que en algunos sectores que denuncian falta de mano de obra el problema está también en las “condiciones” que se ofrecen, ya que “camareros demandantes de empleo hay miles” en la Comunitat Valenciana.
Diferencias según sector
No obstante, en este análisis, también se aprecian diferencias entre unos municipios y otros que vienen derivadas -en algunos casos- de aquellas actividades en las que se centra su economía. Como prueba de ello está Almussafes, una localidad que es el corazón de la industria de la automoción gracias a acoger la planta de Ford Almussafes y su industria auxiliar, pero en la que el empleo joven se encuentra en valores bajos. Una realidad en la que la dirigente de Empleo de CC OO considera que influye el mal momento que ha vivido el sector industrial, que “está cayendo”. Sin ir más lejos, solo en el primer trimestre del año, la patronal del metal valenciano (Femeval) ya aseguraba que se habían perdido ya más de 11.000 empleos en sus actividades, muchos de ellos por la crisis del automóvil.
En el lado contrario, otros enclaves como Benicàssim (50,9 % de los contratados este año son menores de 25 años) o Cullera (43,6 %) presentan valores mucho más altos, algo que Pascual relaciona con un verano en el que “los municipios más turísticos obviamente presentan una subida de la contratación joven para la hostelería y el comercio”, pero que a partir de esta temporada estival “vuelven a sus pueblos o a estudiar” porque son -en muchos casos- “temporales”. Una falta de estabilidad que impacta tanto en el presente como en el futuro de este colectivo joven. “No puedes planificar porque no sabes cómo va a ser tu futuro. No puedes plantearte meterte en una hipoteca si no tienes un contrato indefinido”, concluye.

Plus de 400.000 étudiants étrangers en France : l’université, une filière d’immigration en or (La universitat, un canal per a la immigració daurat)
Par Judith Waintraub, pour Le Figaro Magazine
EXCLUSIF – L’Observatoire de l’immigration et de la démographie révèle dans Le Figaro Magazine comment la stratégie « Bienvenue en France » permet à des étrangers, venus en majorité du Maghreb et d’Afrique subsaharienne, de s’installer dans notre pays sous prétexte d’y faire des études.
Le détournement du droit d’asile n’est plus la voie d’accès privilégiée des candidats à l’immigration en France. Depuis 2022, les études sont devenues le principal motif d’octroi des premiers titres de séjour dans notre pays. C’est le résultat de la stratégie « Bienvenue en France », annoncée en grande pompe par Édouard Philippe fin 2019. « En accueillant les étudiants les plus brillants et les plus méritants, qu’ils viennent de Pékin ou de Kinshasa, qu’ils étudient l’intelligence artificielle ou la linguistique médiévale, nous serons nous-mêmes beaucoup plus forts », s’enflammait à l’époque le premier ministre. « Étudiants indiens, russes, chinois seront plus nombreux et devront l’être », prédisait Emmanuel Macron.
L’exécutif se fixait alors l’objectif de « 500 000 étudiants étrangers en 2027 ». De ce point de vue, « Bienvenue en France » est une franche réussite : cinq ans après son lancement, leur nombre a effectivement augmenté de 17 %, pour atteindre 419 694…