EL RELATO 08/12/2024
Ahora se ha puesto de moda hablar de “el relato” y de quien lo controla. Palabras nuevas para viejos conceptos. Los comunicadores (la gran mayoría a sueldo) trasladan el relato que la oligarquía dominante ha escrito previamente, con la ayuda de los intelectuales del Régimen. Y así funciona la historia.
No hay semana en la que no ocurran episodios internacionales de calado (todos ellos interconectados), que los medios occidentales nos cuentan impúdicamente sin apartarse del guion. Nunca como ahora se había producido tal discurso monocorde, sin el menor atisbo de espíritu crítico. El catecismo dominante señala quienes son los buenos y quienes los malos.
Hace algunos años (quizás unos veinte) podíamos acudir a ciertas fuentes de información no contaminadas (la BBC, la NPR, el Washington Post, el New York Times, Le Monde, el Süddeutsche Zeitung, el Guardian y unos pocos más). Ahora esas fuentes tampoco son de fiar, aunque en ocasiones algunos francotiradores independientes rompan la línea política que impone el medio.
Y esta semana ha habido cuatro episodios que han merecido especial atención por el trato que les han otorgado los medios:
▪ Empezaremos por Siria. Inesperadamente (menos de lo que se supone), las fuerzas “rebeldes” han desplazado al ejército regular sirio hacia el sur del país, tomando primero dos plazas importantes (Alepo y Hama) y llegando después a Damasco sin apenas disparar un tiro. Bashar al Assad, que ha gobernado el país durante veinticinco años, ha abandonado la capital dejando un mensaje de pacificación entre las partes hasta ahora enfrentadas. Durante los últimos años, el gobierno saliente ha contado con el apoyo militar del ejército ruso, que además tiene dos bases en el territorio (una naval y otra aérea) y de comandos iraníes. Curiosamente y en este contexto el ejército norteamericano tiene también cuatro bases militares en el nordeste, zona petrolífera de mayoría kurda. Los “rebeldes” han sido apoyados por el ejército turco, que por un lado desea reducir (mejor sería decir liquidar) a la minoría kurda (hasta donde el ejército americano se lo permita) y por otro idealiza los proyectos islamistas del presidente Erdogan, cuyos sueños húmedos lo conducen al califato del imperio otomano. Aunque en este complejo entorno el papel principal son los denominados “rebeldes”, que utilizan el código HTS (Hayat Tahrir al-Sham) y proclaman no tener vínculos con Al Qaeda, aunque su ideología no ha cambiado desde su fundación original. Lo que llama la atención en su progresivo avance es el uso de drones vigía, que orientan en tiempo real a los soldados de a pie. ¿De dónde sale tanta tecnología? ¿Quién ha entrenado y armado a este ejército que oficialmente las Naciones Unidas considera un grupo terrorista? La prensa ucraniana, vinculada al régimen Zelenski, alardea de la ayuda técnica prestada a los salafistas. Se está repitiendo una vez más el cúmulo de errores que el ejército norteamericano llevó a cabo en Afganistán. Así y todo los medios occidentales nos cuentan las hazañas de los “rebeldes”. Su líder máximo – Al-Julani -, un “liberal de peluche”, como lo califica Craig Murray, diplomático escocés buen conocedor de la zona, puede acabar implantando un nuevo Estado islámico en un país que en buena parte había asumido los valores de una sociedad laica. Es el imperio del caos, por si faltaba alguna pieza en el Medio Oriente.
▪ Corea del Sur es uno de los portaviones fijos que el gobierno norteamericano tiene en el sudeste asiático. En ese país el presidente Yoon Suk Yeol declaró súbitamente la ley marcial y, entre otras muchas medidas, envió al ejército para que ocupara y desalojara el parlamento. La presión de la calle y la respuesta de los parlamentarios ha hecho que se haya visto obligado a dar marcha atrás en sus medidas represivas. Puede esperar un poco y repetir la operación. Dicen que Corea del Sur es una democracia, aunque a lo largo de los años ha demostrado muchas veces que no lo es. Yoon Suk Yeol ha defendido su postura argumentando que se tenía que aplastar a las fuerzas anti-estatales que simpatizan con Corea del Norte. Todo burdas mentiras en un país que desde el final de la guerra con Corea del Norte en 1948 ha vivido bajo el estado de excepción en 16 ocasiones, con largos períodos de dictaduras militares. Un país en el que el ejército no duda en disparar a sus conciudadanos cuando estos se manifiestan públicamente, con hechos tan significados como la masacre de Gwangju (mayo de 1980) que produjo unos dos mil muertos entre la población civil. Un país en el que el ejército norteamericano tiene 73 bases militares y 26.500 soldados. Un país ocupado.
▪ Rumanía. Un país mediano que había pertenecido siglos atrás al imperio turco. 240.000 kilómetros cuadrados y una población de dieciocho millones de habitantes. En términos globales un país irrelevante, pero que en la nueva lectura geoestratégica del mundo puede tener su protagonismo. Tras la desaparición de la Unión Soviética y la hegemonía mundial de Estados Unidos, Rumanía – como casi todos los países del Este – se apuntó a la lista de los “buenos”. En el 2004 se incorporó a la OTAN y en el 2007 a la Unión Europea. Y, ¿qué ha ocurrido ahora? Simplemente que ha habido elecciones presidenciales y el candidato más votado (Calin Georgescu) no era el esperado y preferido por el Sistema. Es un personaje nuevo al que no le gusta la OTAN (pecado). Ha sido una sorpresa, sorpresa que ha resuelto el Tribunal Constitucional anulando los resultados y ordenando repetir el proceso. Las razones no tienen fundamento (la “influencia” rusa y otras vaguedades), pero no importa. Ya sabemos por experiencia propia que al poder judicial le ha cogido gusto a hacer de poder ejecutivo cuando le da la gana. Ese es el modelo democrático que ahora se lleva: doy la voz al pueblo siempre y cuando vote siguiendo las instrucciones ad-hoc. Manipulación pura y dura.
▪ Hablemos por fin de Georgia, un país que paga su ubicación en la Europa oriental. Si estuviera más al oeste no se le prestaría atención. Es un país pequeño (unos 70.000 kilómetros cuadrados), con apenas cinco millones de habitantes. Y, ¿cuál es su error? Tener como principal vecino a Rusia y mantener con ese país vínculos personales y comerciales estrechos, fruto de un proceso histórico natural. Además sus principales clientes, aparte de Rusia, son China, Azerbaiyán, Armenia y Bulgaria. Los “sospechosos habituales” a ojos de la élite occidental. Algo habrá hecho mal para que grupos de manifestantes (la mayoría muy jóvenes) se manifiesten en la capital contra el gobierno que preside Irakli Kobakhizde. En este caso su pecado ha sido aplazar hasta el 2028 las conversaciones para incorporarse a la Unión Europea. Se vuelve a repetir el “modelo Maidan” que se produjo en Ucrania en el 2014 y que llevó a un golpe de Estado de las fuerzas pro-occidentales (bien preparado por la CIA), por la misma razón que ahora: no cerrar un acuerdo con la Unión Europea. En este caso también el Parlamento Europeo (una jaula de locos) trató de intervenir en la soberanía de un país ajeno, declarando no aceptar el resultado de las elecciones del pasado octubre que dieron la mayoría al partido del gobierno. Hallaron también “irregularidades” por la “influencia rusa”. Más que penoso.
Y es que el mundo occidental está en manos de una pandilla de ineptos e irresponsables que solo se atienen a las órdenes que emite la oligarquía dominante. Los voceros mediáticos no son más que palanganeros a sueldo de un macro prostíbulo sin madame.
Esta película pinta mal, pero que muy mal.