C’EST FINI
26/10/2024
Se acabó, como cantaba con su rabia contenida Catherine Ringer, en una de las más bellas canciones francesas de los últimos tiempos. “Je suis venu te dire que je m’en vais”. O sea, que vengo a decirte que me voy, que se ha acabado.
Este podría ser el resumen de los acuerdos adoptados en la reunión de Kazán, en el corazón de Rusia, donde hace pocos días ha concluido el último encuentro de los BRICS. La declaración pública consensuada por los miembros ha sido muy contenida, muy “confuciona” (al estilo de Confucio), pero a su vez muy contundente.
No voy a contar de nuevo el origen del grupo (ver mi columna Multipolaridad (https://www.alfdurancorner.com/articulos/la-multipolaridad.html ), pero si quiero manifestar que en su conjunto y de forma independiente los miembros de los BRICS han expresado su hartazgo frente al orden mundial construido en el último siglo a partir de Bretton Woods (1944), y que afecta a la realidad económica, financiera, política y social de sus países.
No están en contra de nadie (tampoco de las élites occidentales), pero avisan de que si las cosas no cambian tomarán caminos alternativos. Y pueden hacerlo, por la dimensión de su peso económico (PIB), poblacional, recursos naturales, nuevas tecnologías, capacidad nuclear, etc.
La reunión de Kazán, a la que han asistido los líderes de los cinco países que expresa el acrónimo (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), además de los recién incorporados (Irán, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía y Egipto) ha quedado completada con presidentes o primeros ministros de otros países (como es el caso de Turquía), hasta una representación global de treinta y cinco, más seis organismos internacionales.
Su voluntad es construir un orden mundial más democrático, inclusivo y multipolar, lo que expresa su malestar por el orden antiguo de hegemonía norteamericana. Son muy conscientes de que su credo político e ideológico puede ser muy diferente e incluso enfrentado, como es el caso de Irán (miembro) y Arabia Saudita (asociado), pero no les importa si la base económico-financiera permite un grado de acuerdos que mejoren los resultados de todos los agentes.
Consideran que utilizar las herramientas financieras como arma política (congelando, por ejemplo, activos de otro país, en contra del derecho internacional) no es propio de una sociedad abierta a los demás. No quieren construir un monstruo burocrático como el de la Unión Europea, pero son conscientes de que ha de existir una estructura mínima que facilite la toma de decisiones. Quieren continuar poniendo énfasis en el tema financiero, en la comunicación interbancaria y en los mecanismos de liquidación en monedas nacionales. Aunque sea lento, todo ello reducirá el peso del dólar y del euro en las transacciones internacionales.
Potenciarán su Banco de Desarrollo (presidido por Dilma Rousseff), aportando mayores recursos para que pueda continuar su política de préstamos para la construcción de infraestructuras básicas, sobre todo africanas.
Dado que hay muchos países que han solicitado su vinculación a los BRICS, han establecido dos categorías. Los que se incorporan como miembros (lo que significa que han sido aceptados de forma unánime por los miembros actuales) y los asociados (como es el caso actual de Arabia Saudita), que tienen menor implicación, bien por voluntad propia (podría ser la posición de Turquía – miembro de la OTAN -) o porque los miembros no los consideran todavía aptos.
Uno de los momentos álgidos de la reunión fue la declaración pública del presidente Putin, como cierre oficial del congreso y la posterior rueda de prensa, en la que un hombre relajado y seguro de sí mismo no tuvo inconveniente en situar a los medios sobre la posición de su país.
Expresó su preocupación por los acontecimientos de Oriente Medio, territorios en los que se tenía que encontrar una fórmula para equilibrar los intereses entre Israel y Palestina. No se decantó por ninguna de las partes, aunque el presidente palestino Mahmoud Abbas estuvo presente en Kazán. Y cuando se le preguntó sobre cómo reaccionaría el ejército ruso (con bases en Siria) si Israel atacase a Irán, indicó que se ajustaría a los acuerdos estratégicos entre Irán y Rusia. Interesante y comedida respuesta.
Señaló los problemas demográficos agudos que se producían en algunas zonas del mundo y comentó sobre este tema una conversación privada con el líder indio, en la que Narenda Modri le contó que India crecía en población diez millones de personas por año.
Insistió en que la guerra de Ucrania no empezó en el 2022 (con la invasión rusa) sino que llevaba mucho tiempo urdiéndose (desde la desaparición de la Unión Soviética (1989), con los acuerdos de no expandir la OTAN hacia el Este, la reunificación de Alemania (1990), con el tratado de que en la Alemania democrática jamás se instalaría una base aliada, el Memorándum de Budapest sobre el arsenal nuclear a devolver a Rusia (1994), los falsos acuerdos de Minsk (2014), una forma según la propia Angela Merkel de alargar el proceso para que la nueva Ucrania se armase, el golpe de Estado pro-Unión Europea en Ucrania (2014), bien cocinado por la CIA, y la declaración del presidente Zelensky en la conferencia de seguridad de Múnich (2022), en la que manifestó su no aceptación del Memorándum de Budapest en su formato original. Rusia se movió porque entendió que se ponía en cuestión su propia existencia como Estado soberano (lo que ha venido a denominarse “crisis existencial”).
Argumentó que desde el inicio se propusieron negociaciones para un acuerdo de paz, siempre a través del gobierno turco. Y que cuando parecía que todo estaba cerrado (para las partes y para quien ejercía de árbitro), hubo una instancia superior por parte de Ucrania o de sus valedores que lo bloqueó.
Sin entrar en detalles, dejó claro que el gobierno ruso sigue dispuesto a negociar, pero que las circunstancias son otras. Resulta evidente que esto significa que Rusia ya no renunciará a las zonas de cultura rusa tomadas por su ejército (Crimea, Donestk, Jarkov, Jerson, Luhansk y Zaporizhia). Y es que los habitantes de esas zonas gozan ya de la ciudadanía rusa.
Sobre su implicación en las elecciones norteamericanas y sus supuestos vínculos y acuerdos con el candidato Trump, dijo que el tema no era de su incumbencia y que él respetaría los resultados ganase quien ganase. Luego, añadió, se verá si el presidente elegido mantiene o cambia su actitud respecto a Rusia.
Hubo alguna anécdota más en la rueda de prensa, pero de escasa relevancia.
Hay que seguir de cerca los movimientos de esta asociación de países – sin brazo militar – que están dispuestos a acoger a todas las naciones del sur global que compartan su proyecto. Lo que ya hemos captado es que los representantes de muchas de estas naciones han expresado de forma personal que están cansados de que Occidente los continúe tratando con una mirada neo-colonial. Y que lo del “mundo libre” ha pasado a ser un eslogan retórico, vacío de contenido, que no puede seguir justificando su forma unívoca de entender el orden universal.
Se cuenta también en Kazán que el presidente Putin a título personal ha conseguido limar las diferencias entre los presidentes indio (Narenda Mori) y chino (Xi Jinping), diferencias en fronteras comunes que habían provocado enfrentamientos militares. Seguramente nadie como el presidente Putin para estabilizar este contencioso, pues no en vano gobierna un país euroasiático de diecisiete millones de kilómetros cuadrados, con ciento cincuenta millones de habitantes, con todo tipo de recursos naturales y que después de miles de sanciones económico-financieras del gendarme global (Estados Unidos) creció el pasado año un 3,6% y la expectativa es de nuevo del 3,6% en el 2024 (según el FMI) y del 3,7% (según la OCDE).
Evidentemente los medios occidentales se han hecho escaso eco del que es probablemente el acontecimiento político-económico más importante de este primer cuarto de siglo. Se han limitado, como es habitual, a hablar del presidente Putin como el malévolo personaje de un cuento fantástico, que ha organizado todo este “evento” para “romper su aislamiento”. No solo son unos ignorantes; son unos estúpidos.
Y como ejemplo próximo de tamaña memez, solo hay que fijarse en los titulares de un programa de radio líder de audiencia en Catalunya a las siete de la mañana, que el mismo día en que concluía la reunión de Kazán encabezaba sus noticias clave de la jornada en el caso de un político madrileño que ha reconocido sus prácticas de violencia sexual y en el cambio de estilo de la cantante Rosalía en su último disco, que imagino será algo diferente de aquel que se inicia con el lírico mensaje: “Okay Motomami. Pesa mi Tatami. Hit a lo Tsunami. Ooh”.
Si esto es un ejemplo del “mundo libre”, paren que me bajo y me apunto a los BRICS.